Durante el período de entreguerras, la ciudad de Kaunas fue la «capital temporal» y se convirtió en el centro moderno, vibrante y dinámico de la vida cultural del país.
Muchos lituanos que habían estudiado en otros países europeos regresaron y aportaron a Kaunas conocimientos e ideas; allí se produjo una fructífera combinación de tendencias modernas y de tradiciones antiguas que impregnó el desarrollo y la prosperidad del país en la arquitectura urbana de este período.
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