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Culture and Creativity

Zdravljica – el mensaje de la Primavera Europea de las Naciones (Eslovenia)

«Zdravljica» es un poema escrito en 1844 por el poeta esloveno France Prešeren. No se publicó hasta 1848, tras la abolición de la censura en el Imperio de los Habsburgo, como parte de la Primavera de las Naciones. Escrito en esloveno, ha influido en el desarrollo de la identidad eslovena y, de manera más general, en la promoción de la libertad de expresión. La importancia trascendental de este poema se puso de manifiesto cuando los partisanos que ofrecieron resistencia al nazismo lo reeditaron en 1944 y también cuando se cantó el Zdravljica en varias ocasiones en los años ochenta y principios de los noventa, durante el período de democratización que llevó a la independencia de Eslovenia.

En 1991, la nueva República de Eslovenia eligió como himno nacional el séptimo verso de este poema, que expresa el ideal de la coexistencia pacífica de todas las naciones. La moneda eslovena de 2 euros lleva inscrita una cita del poema, que también se grabó en el monumento conmemorativo erigido en 2008, durante la Presidencia eslovena de la UE, delante del edificio Justus Lipsius del Consejo de la Unión Europea en Bruselas.

El Zdravljica es representativo de 1848 —la Primavera de las Naciones o el Año de la Revolución—, un movimiento importante en la historia europea. En toda Europa se constató el papel desempeñado por la literatura escrita —ya fuese en las lenguas nacionales o minoritarias— a la hora de avivar los sentimientos nacionalistas y dar forma a las demandas de eliminación de la censura y promoción del derecho a la libertad de expresión. Si bien los logros literarios del autor del poema, France Prešeren, revisten una importancia fundamental para la creación de la nación eslovena a través de la lengua y la literatura, el poema promovió al mismo tiempo el mensaje de la coexistencia pacífica de los pueblos.

La acogida positiva del poema y su divulgación en toda Europa a través de las traducciones al alemán y a las lenguas escandinavas desde las décadas de 1860 y 1880, y al inglés y a otras lenguas desde mediados del siglo XX, han hecho que goce de una gran popularidad. Además, promueve un espíritu internacional integrador que rara vez se encuentra en un himno nacional.